Christmas in New Zealand: The World’s Creepiest Christmas Ornament
Traducción
La decoración navideña más espeluznante
El Gigante Santa lleva saludando a los compradores navideños de Nueva Zelanda más de 50 años. Hizo su primer aparición en 1960 en la esquina de la calle Hobson con la calle Wyndham, en Auckland. La estatua, que se construyó con acero y tubos de fibra de vidrio, pesa más de 5 toneladas. Fue creación de los grandes almacenes Farmers, que buscaban una manera elaborada de captar la atención para alentar a los ciudadanos de Auckland a hacer sus compras de Navidad. Haciendo un gesto para atraer a la gente con su dedo y guiñando un ojo, en gigante Santa estuvo invitando a los compradores a sus tiendas durante más de años consecutivos. En ese tiempo, se convirtió en un icono muy apreciado del calendario navideño de Auckland.
Sin embargo, el futuro del Gigante Santa se sumió en la incertidumbre en la década de los 1990 se vendió el edificio de los grandes almacenes Farmers. Santa fue llevado a un hogar temporal en el centro comercial vecino pero finalmente se trasladó a un almacén condenado al abandono. Para cuando Stephen Hanford compró a Santa en 1998 por un dólar, la estatua se encontraba en un estado lamentable. Hanford y otros donantes se gastaron 40.000 dólares en la renovación de Santa antes de darle un nuevo hogar en la fachada de Whitcoulls, una librería-papelería-juguetería. Desafortunadamente, el coste de almacenamiento, transporte y mantenimiento de la estatua de 59 pies (unos 18 metros) se elevó por encima de los 55.000 dólares al año, demasiado para Whitcoulls. en Gigante Santa fue donado a la ciudad de Auckland. El destino de Santa pendía de un hilo una vez más.
La ciudad de Auckland ponderó si sus ciudadanos querrían asumir los cortes del descomunal ornamento. Los periódicos y las cadenas de televisión realizaron encuestas y grupos de Facebook a favor y en contra de Santa hicieron campañas para saber si mantener o abandonar la estatua de ya 48 años. Algunos creyeron que la estatua del ojo guiñado con su dedo gesticulado estaba pasada de moda. Veían a Santa como un viejo escalofriante. Otros defendieron que había que mantener la tradición y que el Gigante Santa era una parte fundamental del panorama cultural de Auckland.
Con el tiempo se tomó la decisión de conservar al Gigante Santa. El ayuntamiento de la ciudad de Auckland creyó que 50 años de tradición navideña eran un logro importante para un país tan joven como Nueva Zelanda y por ello valía la pena continuarla. Se invirtió la grandísima cantidad grandísima de 100.000 dólares para la restauración y la puesta al día de la imagen de Santa. Se acabó con el dedo gesticulado y el ojo guiñado que tanta gente encontraba desagradable. Sin embargo, parece que algunas cosas nunca cambian: a pesar del lavado de cara, el Gigante Santa de Auckland fue coronado como el "Ornamento navideño más espeluznante del mundo" en 2011 por una conocida página web estadounidense. Espeluznante o no, sigue saludando y deleitando a los habitantes de Auckland cada Navidad. ¡Busca en google el Gigante Santa de Auckland y juzga por ti mismo!